Ingredientes (para 4 personas):
80 gr. de boletus confitados
10 gr de trompetas de la muerte
deshidratados
20 gr. de rebozuelos deshidratados
250 gr. de nata líquida
Sal y pimienta
1 hoja de gelatina
Aceite de oliva virgen extra
Elaboración:
Cogemos los boletus confitados y los
ponemos a calentar en una sartén. Añadimos la nata líquida y
dejamos cocinar unos 10 minutos a fuego medio. Luego cuando la nata
nos haya reducido lo pasamos a un robot de cocina o turmix y
trituramos muy bien hasta conseguir una crema muy fina y homogénea.
Volvemos a poner la mezcla a calentar
después de pasarla por el chino y añadimos la hoja de gelatina que
previamente habremos hidratado en agua muy fría durante unos 5
minutos. Mezclamos sin dejar de remover hasta que la gelatina se
disuelva y pasamos la preparación a una manga pastelera. Dejamos
enfriar y reservamos en nevera.
Disponemos las trompetas de la muerte
deshidratadas en el interior del robot de cocina y trituramos a la
máxima potencia hasta conseguir un polvo muy fino de estas setas.
Reservamos.
Finalmente cogemos las últimas setas
de esta elaboración, los rebozuelos, y los hidratamos durante 15 ó
20 minutos en agua tibia. Luego los escurrimos y los secamos bien con
papel absorbente. En una sartén con un poco de aceite los salteamos,
rectificamos de sal y pimienta y reservamos.
Para montar el plato elegimos un
recipiente o vaso abierto en el que podremos en su fondo una capa de
la crema de boletus ayudándonos con la manga pastelera. Encima
espolvoreamos con el polvo de las trompetas de la muerte simulando
"tierra" y por último "plantamos" o insertamos
algunos de los rebozuelos que habíamos salteado.
Decoramos nuestro "jardín de
setas" con alguna hierba aromática que tengamos a mano como por
ejemplo unas ramitas de romero.
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